El alcalde de Chañe apunta que estas industrias de la fresa y de las hortalizas generan unos 700 empleos directos y unos 3.000 indirectos.
El elevado número de puestos de trabajo creados por esta actividad durante esta época del año obliga a montar una amplia infraestructura y genera un valor añadido en toda la zona. Así, se alquilan numerosas viviendas tanto en Chañe como en poblaciones cercanas, e incluso se alquilan centros como la casa parroquial de Samboal para acoger a los trabajadores.
Aunque la actividad se inició con mano de obra española, Viveros Campiñas ha tenido que recurrir pronto a mano de obra extranjera. Con tres décadas de vida, Viveros Campiñas además de dedicarse a la planta de fresa, fabrica diversos productos hortícolas como las fresas o las zanahorias. Como otras empresas de la comarca, esta industria se vio beneficiada por la recarga del acuífero de El Carracillo, que permitió que las inversiones planteadas fueras rentables y dar continuidad a la actividad.
Por último, Gustavo Herranz explicó que en abril colocan la planta, que cuidan en verano, y que es ahora cuando seleccionan para enviarlas a sus clientes, un proceso en el que necesitan una gran mano de obra. (elnortedecastilla)