La planta de biogás de Juzbado lleva funcionando desde el pasado mes de diciembre, con unos objetivos bien definidos. Así, son la gestión de residuos agroganaderos y agroindustriales, la obtención de energía renovable, la valorización agronómica del digestado y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero -según datos de la empresa, la reducción supone 100.000 toneladas de CO2 al año.
El presidente de SEPI afirmó que los métodos son «completamente respetuosos del medio ambiente, así como a tener en cuenta la innovación con la que se va a generar energía eléctrica», que podrá alcanzar los 500 Kw, habiendo generado ya en seis casi un millón de kilovatios/hora. En cuanto a la inversión, Ramón Aguirre afirmó que se han invertido 3 millones de euros, todos de los propios fondos de Enusa.
Al mismo tiempo, han visitado todas las instalaciones de la Fábrica de Juzbado, donde se ha podido comprobar «el compromiso de Enusa con Salamanca que viene de antiguo. Un compromiso que se traduce en la estabilización de 850 puestos de trabajo y 15 filiales. Una empresa que exporta casi el 70% de su producción. El pedido que tiene Enusa en el horizonte del año 2020 podrá hacer frente al mantenimiento de los puestos de trabajo. Además, Enusa manifiesta en Salamanca su diversificación, como el transporte de explosivos, residuos y material sanitario y además del tratamiento del uranio», explicó Ramón Aguirre.
Noticia completa en la fuente: http://www.salamanca24horas.com